El derecho Aníbal Sánchez necesitaba seis ponches para convertirse el jueves en el séptimo pitcher venezolano con 1.000 guillotinados en las grandes ligas. Paradójicamente, y aunque recorrió siete innings en blanco, se fue a casa con la victoria, pero sin abanicar.
Ese desempeño, amén de ayudarle a derrotar a los Reales y cortar la mala racha de los Tigres fue un desempeño único en la carrera del aragüeño. Lo cual es muy curioso.
Es la primera vez en su historial, de acuerdo con el motor de búsqueda de Baseball Reference, que el aragüeño aparece en un encuentro de la gran carpa y se marcha sin haber pasado por las armas a un solo hombre, al menos, lo que representa toda una rareza, especialmente por tratarse de un ponchador.