Por Marcos Grunfeld
El Sindicato de Peloteros y los dueños de la MLB no fueron capaces de llegar a un acuerdo a tiempo. El 1º de marzo venció el plazo final que los ejecutivos de la gran carpa le dieron a su contraparte para lograr firmar un nuevo contrato colectivo. Las dos partes fallaron en la misión. A pesar de reunirse nueve días seguidos en Florida, es oficial que la campaña 2022 no comenzará a tiempo.
Una de las jornadas incluso llegó a durar 17 horas y al salir de allí todo parecía indicar que iban a conseguir el pacto. Pero no fue así. El sector liderado por el comisionado Rob Manfred mantiene el cierre patronal y al parecer no cederán hasta que consigan un feliz término.
“Los jugadores quieren jugar», sentenció Tony Clark, director ejecutivo del sindicato. «Pero no lo estamos haciendo simplemente porque el cierre patronal es un arma económica. En una industria que genera más de 10 mil millones de dólares, los dueños han decidido usar esta estrategia ante lo más valioso que tienen: los peloteros».
«Pero no nos vamos a intimidar», agregó en la rueda de prensa del martes. «He visto más unión en los últimos años que en toda la historia reciente de la asociación”.
Manfred explicó en su exposición, ante los medios de comunicación, que han hecho una batería de propuestas para acercarse a los deseos de los peloteros.
«La principal preocupación de ellos es aumentar las ganancias para los jugadores más jóvenes», indicó el comisionado. «Nosotros estamos de acuerdo con eso y hemos propuesto incrementar el salario mínimo a 700 mil dólares. También hemos ofertado un fondo de bonificaciones de 30 millones de dólares para los mejores reclutas. Hemos querido aumentar en un 33% el sueldo para las dos terceras partes de los grandeligas y hemos propuesto agregar casi 100 millones de dólares como compensación para estos jugadores”.
El periodista Jeff Passan resumió que la liga le extendió al sindicato una oferta que incluye aumentar a 10 millones de dólares el umbral del impuesto al balance competitivo en los tres primeros años del convenio. Para la última temporada del contrato, el mismo iría a 230 millones de dólares.
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Pero todavía existen diferencias con respecto a los deseos del sindicato que quiere un sueldo mínimo fijado en 725 mil dólares con un aumento de 20 mil dólares por año entre 2023 y 2026. Ese sector ha cedido en sus pretensiones por el fondo de bonificaciones, pero la última oferta era 85 millones de dólares.
Mientras que el umbral del impuesto al balance competitivo deseaban fijarlo en 238 millones, para comenzar hasta aumentarlo a 263 millones en 2026. Una disparidad enorme con respecto a los deseos de sus patronos.
(Marcos Grunfeld)
Yo me pregunto algo,
Cuando los equipos firman esos megacontratos y el pelotero resulta un fiasco por su rendimiento o producto de varias lesiones, quien asume esa pérdida? Hay «reparto de pérdidas»? Para esos casos.
Casos como: Pablo Sandoval, Carl Crawford, Mo Vaung, Jacoby Elsbury y tantos otros… son casos emblemáticos que en este negocio no todo es ganancia para los dueños de los equipos. Hay que ver las cosas con la mayor objetividad e imparcialidad.
El sindicato de jugadores está acabando con la industria del beisbol, es hora que acepten la propuesta de la MLB sin tanto rodeo y escuchar la palabra Play Ball el 7 de abril. En caso que no se pongan de acuerdo todos los fanáticos al béisbol vamos alzar la voz de protesta NO MAS SINDICATO.