EL EMERGENTE

Por Ignacio Serrano

Las Águilas del Zulia y los Bravos de Margarita se intercambiaron esta semana al pitcher Luis Pacheco y al utility Luis Castro. Y aquí vamos a darle un vistazo al canje, con lo que gana y pierde cada equipo.

Pacheco es mucho menos conocido que Castro. La pandemia y una lesión le sacaron del sistema MLB. Pasó dos años sin lanzar. No había debutado en la LVBP y parecía en el limbo, con solo tres torneos de experiencia en el beisbol organizado con los Filis.

El giro que hace interesante este pacto es el camino de regreso que el diestro nacido en Palo Negro emprendió en Maracaibo, en noviembre pasado.

Porque Pacheco fue una de las pocas buenas noticias de Zulia. Se sumó para la ronda eliminatoria, demostró estar en forma y su campaña de novato abrió ojos. Fue llamado a 15 juegos en plan de relevista, con marca de 1-0 y 2.20 de efectividad. Solo recibió un jonrón y ponchó a 14 hombres en 16.1 entradas. Mejor todavía, apenas entregó 2 bases por bolas.

¿Son reales esos números? Porque parecieran describir a un pitcher que puede ser muy útil en Margarita.

Pacheco fue quinto en promedio de carreras limpias en el staff de las Águilas. Eso es bueno. Pero está claro que lanzar la mitad de tiempo en el estadio Luis Aparicio es beneficioso para los monticulistas. ¿Cuánto provecho sacó de eso?

El único vuelacercas que permitió ocurrió en la carretera, precisamente. Pero el matiz es una mera anécdota, porque pasó en ocho juegos y 7.1 episodios. Nada mal.

A eso hay que agregar que fuera del Luis Aparicio dejó 2.45 de efectividad y un insólito 0.65 de WHIP (contra 2.08 y 1.85 en el hogar). Esos son estupendos registros. Y se unen a sus buenos promedios de ponches y boletos.

Si Pacheco está saludable, es ganancia para los Bravos. ¿Y por qué lo entregarían los rapaces? Pues para adquirir a alguien en quien ponen su fe, por versatilidad y potencial ofensiva. Y porque no se trata de una pieza que haya sido clave para la organización. Antes de la 2022-2023, no hizo un solo pitcheo en la LVBP y, a sus 23 años de edad, no deja de ser una incógnita. ¿Está en capacidad de mantener el nivel que enseñó?

Porque el aragüeño siempre tuvo capacidad ponchadora, antes de la pausa forzada de dos justas. Pero también tuvo problemas para lanzar strikes. Si ha encontrado el modo de limitar las transferencias, algo clave para todo lanzador, es algo que veremos en la Liga Mayor de Beisbol, donde se encuentra hoy, y después en la 2023-2024. Entonces se sabrá.

Margarita, en cambio, cede a un jugador ya curtido. Es profesional desde 2013 y en 2015 debutó en la LVBP. En 2019 sacudió 27 cuadrangulares entre Clase A y Doble A, cuando era prospecto de los Rockies. Y en la 2021-2022 la desapareció 7 veces en la pelota invernal venezolana.

Ese es Castro, una promesa del infield que no pudo estabilizarse en alguna posición del cuadro, aunque poseedor de un llamativo potencial con el madero.

El toletero derecho ya no es un recluta. Tiene 27 años de edad y trata de mantenerse vigente en la competitiva Atlantic League, un circuito independiente. ¿Por qué lo entregan los Bravos a las Águilas?

La primera respuesta es obvia: para obtener un brazo que puede ayudar. Tienes que ceder algo bueno para conseguir algo bueno. Y Pacheco enseñó por fin que puede ser de utilidad en esta liga, en caso de mantenerse saludable.

No deja de ser una apuesta, pero ya remataremos con eso. Porque hay una pista adicional que ofrece otra respuesta: el infielder ha empezado a dar señales de descenso. Y quizás por eso se hayan planteado en Margarita que otros en la organización pueden cumplir con su trabajo.

Castro viene de su temporada más floja en la LVBP. No miremos su average, porque otros baremos dicen más que ese .254 que dejó, muy parecido al .261 de su carrera. El gran atractivo de este utility son su habilidad para embasarse (.360 de OBP en su carrera) con dosis de poder (tiene .431 de slugging global). Y aunque lo primero se mantuvo (cerró la última eliminatoria con .363), la fuerza no se vio (apenas .355 de slugging).

¿Está de salida o solo sufrió un slump?

La duda es razonable. Porque Castro ha sufrido de cierta inconsistencia últimamente. Le fue muy bien en la Atlantic League en 2022, pero cayó en Venezuela y no ha podido batear con el Staten Island en 2023.

Quizás le convenga un cambio de escenario. Y allí radica la principal apuesta de las Águilas. Se trata de alguien que puede cubrir segunda y tercera, además de la inicial y eventualmente las esquinas del outfield. Recuerda un poco el caso de Ángel Reyes, en ese sentido. Y como nativo del estado Zulia, puede que halle en su tierra ese estímulo adicional que le haga florecer de nuevo.

Es verdad, no la tendrá fácil. Deberá adaptarse al Luis Aparicio, sacrificando los batazos largos. Le tocará aprovechar los callejones, para poder sumar dobletes en vez de jonrones. Y su capacidad para embasarse será la baza principal sobre la que construirá su caso.

Estamos, al final de las cuentas, ante una dobe apuesta. Margarita cuenta con que Pacheco no sea pitcher de una sola temporada, lo que no deja de ser un riesgo, dado lo poco que ha lanzado como profesional. Y los rapaces cuentan con que Castro resurgirá, para recuperar el buen nivel que en el pasado exhibió. No importa que no sea un guante de élite; si puede lograr eso, habrá compensado el precio que por él pagaron los suyos.

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(Ignacio Serrano)

Foto: @JetHawks

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