EL EMERGENTE

Por Ignacio Serrano

Interesante cambio este, entre Caribes y Tiburones. Se suponía que Anzoátegui buscaría pitcheo en el mercado de la LVBP, pero entregó a dos de sus lanzadores a La Guaira. Y los salados, tan orgullosos de sus brillantes prospectos, ceden a uno de ellos a la tribu.

Hay buenas razones que justifican este pacto, sin embargo, y vale la pena analizarlas.

El catcher Ricardo Genovés pasa a los orientales, donde se espera que tenga un papel importante desde la próxima temporada. Para cederlo, los litoralenses enviaron a los escualos al veterano Maickol Guaipe, antiguo grandeliga y bandera de los orientales durante una década, además de Oddanier Mosqueda.

¿Qué tanto necesitaban en Puerto La Cruz a un receptor como Genovés?

El primer paso de Caribes en el mercado de cambios es un movimiento de corto y largo plazo. Allí tenían a tres caretas experimentados, que han cargado con la responsabilidad de la posición en los últimos años. No contamos a Williams Astudillo, que ha jugado más en otros sitios del diamante. Son ellos Jesús Sucre, Tomás Telis y Gabriel Lino.

Los tres pasan de los 30 años, con Sucre rozando los 35. El primero acaba de terminar otra buena cosecha en la Liga Mayor y el segundo acaba de dejar sólidos números ofensivos en la Liga Mexicana de Beisbol. Pero entre ellos, que están en el atardecer de sus carreras, y la generación de relevo, todavía en formación, no había alguien listo para asumir responsabilidades.

Genovés puede asumirlas. Acaba de cumplir 24 años de edad, es verdad, pero en tres campañas en la LVBP ha bateado para .275/.342/.442, con .784 de OPS. Eso es bueno, sí. Además, está en Triple A y es uno de los mejores 30 prospectos de los Gigantes de San Francisco.

Con casi 50 por ciento de éxito ante los estafadores rivales en el torneo actual, pareciera estar ya en capacidad para alternar la titularidad con Sucre, lo que permitiría aprovechar el madero de Telis como inicialista o como designado, donde debería producir más, al no tener el desgaste de la receptoría.

Los Tiburones lo entregan porque parecen tener profundidad suficiente detrás del plato. Además de Francisco Arcia, el veterano que mandó al fina de la 2022-2023, tienen al grandeliga Israel Pineda, al joven Juan Fernández y a Wilson García, aunque éste ya tiene mas perfil de slugger, de inicialista y designado.

Pero también adquirieron a Roberto Álvarez y Abrahan Gutiérrez en otros traspasos. Y cuentan en la nómina con el prospecto Diego Cartaya y con un Sebastián Rivero que tiene algo de experiencia en el Big Show. Ese panorama explica que hayan cambiado primero al bigleaguer Rafael Marchán, que pasó a los Tigres de Aragua, y ahora a Genovese.

Para La Guaira era importante agregar pitcheo y Anzoátegui estuvo dispuesto a ofrecerlo. Así que con esto se dio la cuadratura del círculo.

Mosqueda es la pieza principal para los salados. Es zurdo, lanza la recta a 94 millas por hora y tiene capacidad ponchadora real. En el papel, puede hacer mucho bien en el staff litoralense. Está en Triple A. Ya ha lanzado en la LVBP. Casi todo parece bueno.

Es caraqueño, además. Su familia y amigos, de vivir en la capital, estarán allí con él, en el Universitario.

Pero Mosqueda estará a prueba, porque aún tiene algo que trabajar. Su control sigue siendo una obra en progreso. Contando todos los niveles donde ha lanzado, entrega una base por bolas por cada dos innings. Eso es un exceso, sobre todo cuando se es relevista. Y con la principal sucursal de los Medias Rojas, este año subió a 5,7.

Es probable que la gerencia de Caribes sopesara esto, al decidir qué ceder a los Tiburones. Al apagafuegos no le ha ido bien en Venezuela (tiene 8.34 de efectividad en 4 campeonatos). Si los escualos pedían lanzadores, posiblemente consideraran preferible embarcarlo a él, en lugar de otros jóvenes como él que se quedan en el Chico.

Esa característica de Mosqueda probablemente movió a los centrales a pedir algo más, como complemento. Y allí consiguieron a Guaipe, un veterano que ya tiene 33 años de edad.

El ex bigleaguer tuvo un brillante torneo pasado (2.33 de efectividad en 18 relevos, con marca de 2-1). Pero no le fue bien en la Liga Mayor, meses después. Eso sí, el gerente general César Collins lo conoce bien, porque lanza para él con los Senadores. Y tiene la virtud de poder abrir y relevar.

Si a Guaipe le queda gasolina, es un útil añadido, un comodín que pudiera ayudar desde el Día Inaugural. Su capacidad ponchadora se ha reducido, pero ya probó en un estadio volátil que puede sobrevivir a los escenarios diseñados para jonroneros. La cuestión está en la duda planteada: ¿cuánto le queda en el tanque?

El derecho podría convertirse en otro Ramón Junior García, otro Edubray Ramos. Alguien capaz de tomar un nuevo aire, para ofrecer episodios de calidad. Es posible que los orientales pensaran que esta pudiera ser la última oportunidad para cambiarlo en una transacción de impacto. Y los Tiburones tratarán de sacar partido a eso.

Anzoátegui, ciertamente, recibe al jugador con menos dudas. Eso tiene un precio importante y ha tenido que pagarlo. Genovese es un joven que ofrece buena defensa, con un bate más que aceptable y que no le ha rehuido a jugar en la LVBP. Por eso La Guaira recibe no uno, sino dos brazos. Aunque ahora le toca esperar que esos dos monticulistas respondan al nivel de las expectativas. Si lo hacen, este pacto puede ser un ganar-ganar.

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(Ignacio Serrano)

Fotos: Captura de MLB Network

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