EL EMERGENTE
Por Ignacio Serrano
Oswaldo Guillén abrazó a sus coaches y rompió a llorar cuando Danry Vásquez atrapó el último out de la final. Sus Tiburones de La Guaira acababan de romper una sequía que duró 38 años entre celebración y celebración.
Las cámaras de Televén de inmediato lo enfocaron. Y Guillén, con la voz quebrada, dio sus primeras declaraciones al periodista Germán Cartaya, mientras sus peloteros empezaban a celebrar en el centro del diamante.
La escena fue una repetición de lo sucedido en octubre de 2005, en el Minute Maid Park de Houston. En la noche del cuarto juego de aquella Serie Mundial, luego de una estupenda apertura del también venezolano Freddy García, el entonces manager de los Medias Blancas formó un corrillo emocionado y lloró de alegría junto a sus tres hijos, que le acompañaban en el dugout de Chicago.
Lo sabe todo el mundo. Guillén fue el manager que acabó con 88 años de espera en la Ciudad de los Vientos, el piloto que volvió a darle a los patiblancos un anillo de campeón. Y ahora cortó la insoportable espera de la fanaticada guairista, que no festejaba una corona desde enero de 1986.
El otrora ganador del Guante de Oro tiene otra tarea que cumplir en esta Serie del Caribe. Tiene una tercera racha que cortar, para fiesta de sus seguidores.
Se trata de la inconcebible sequía de títulos de Venezuela en el Clásico de Febrero. Es una situación que raya en lo absurdo. La segunda potencia exportadora de talento hacia las Grandes Ligas, únicamente superada por República Dominicana, apenas ha conseguido 7 cetros caribeños contra, por ejemplo, 22 de Quisqueya, 16 de Puerto Rico… ¡y 9 de México!
El beisbol mexicano acaba de expandir su cuota de importados en la pelota de verano. Al menos 400 extranjeros podrán ver acción este año en la LMB. Y a pesar de eso, aunque una inmensa cantidad de esos refuerzos serán venezolanos, la LVBP no consigue resultados positivos en la Serie del Caribe, edición, tras edición.
Esta tercera sequía mantiene un nuevo y desesperante capítulo a partir de 2009. Esa fue la última edición en que un representante de Venezuela, los Tigres de Aragua, cargó con el trofeo en la cita regional. Ocurrió en Méxicali, con otro rompe rachas y rompe esquemas al mando: el gran Buddy Bailey.
Han pasado 15 años desde entonces. Desde la creación de la Serie del Caribe, solo ha habido otra sequía similar para los vinotintos, esa que fue de 1989 a 2006, nada menos que 17 años.
Guillén está al frente de los Tiburones en Miami y cuenta con un grupo tan batallador como modesto. Su rotación no tiene grandes nombres. Pero ya el cubano Miguel Romero le dio una alegría a La Guaira y a Venezuela con un formidable inicio ante los Tigres del Licey. Y Luis Martínez aportó otra buena demostración contra los Suns de Curazao.
Los escualos tampoco tenían un pitcheo sólido en la 2023-2024, pero ganaron. Y los Medias Blancas no llegaron como favoritos a la postemporada de 2005.
Así que Guillén tiene la tarea de acometer otra sorpresa y romper esta otra sequía. Pero si lo logra –y esperemos que sea así– todavía le quedará otra, una que atraganta a toda la afición del país.
Para lograr esa última tarea, necesita, sin embargo, recibir aquello que se le ha negado hasta ahora. Necesita recibir la responsabilidad de ser el manager de la Selección Nacional en el Clásico Mundial.
Oswaldo Guillén no podía ser el dirigente de la Vinotinto en 2006 ni en 2009. Las reglas de la competencia prohíben que un estratega de Grandes Ligas lleve las riendas de alguno de las naciones participantes. El mirandino era por ese entonces el timonel de los Medias Blancas. Pero ha debido ser el mandamás en 2013, tras salir de los Marlins de Miami. O en 2017. Y nunca lo fue.
Omar López recibió elogios de cronistas y analistas por su desempeño en el Clásico Mundial de 2023. Y aunque probablemente tenga la primera opción para la Federación Venezolana de Beisbol, el nombre del ex campocorto de La Guaira no debería ser olvidado.
No sabemos qué será de López en 2026. Ya es el coach de banca de los Astros y muchos quisiéramos que reciba pronto la oportunidad de dirigir en la MLB. Tampoco sabemos dónde estará Guillén dentro de dos años. Ya los Padres lo consideraron para el cargo en San Diego, aunque aquello no se concretó. Y este retorno triunfal al Universitario le ha vuelto a poner en el centro de atención. Como sea, hay dos verdades claras: la sequía de Venezuela en el Clásico es tanto o más pesada que la que sufrían los escualos y los patiblancos; y si alguien ha demostrado ser capaz de acabar con maldiciones, ese es Guillén.
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(Ignacio Serrano)
Foto: Prensa Tiburones de La Guaira
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Guillén tiene sus problemas de conducta osea su carácter y es como debe llevar un equipo adelante como lo hace el el problema es que nosotros los fanáticos no nos dejan al menos escojer el manager para ese clásico mundial y el tipo de color del uniforme ojalá y le den a Guillen la oportunidad quedé o no quede como campeón del caribe y que pueda conformar un buen equipo para ese clásico mundial y otra cosa que sea eliminado ese color vinotinto que no nos enaltece en nada que yo sepa los colores de Venezuela son amarillos azul y rojo esperemos entonces que es lo que va a pasar si nos dejamos de sentimentalismo y que sea lo mejor feliz noche
El Vinotinto nace de la combinación de esos colores, si alguna vez jugaste a mezclar colores entonces debes saber que el vinotinto contiene el color rojo, amarillo y un verde un poco oscuro. No se utilizan los colores amarillo, azul y rojo xq otras Naciones lo utilizan como lo son Brasil, Colombia y Ecuador. En todos los deportes Vzla es reconocida como la vinotinto. No le veo nada de malo, además me gusta.
El vinotinto en los uniformes de Venezuela viene de los Juegos Centroamericanos y del Caribe de los años 30. Desde entonces es el color de TODAS las selecciones nacionales, aunque a veces se usen otros colores, como amarillo, azul y rojo, o incluso el blanco con vivos tricolores o vinotinto, Jairo
La humildad ha caracterizado siempre a Oswaldo Guillen, de allí que Dios y la Santísima Providencia le ha premiado, y le ha dado a todos los venezolanos triunfos emblemáticos, Guillen tiene que ser considerado para dirigir la selección de Beisbol Nacional para el año 2026, y téngalo seguro vamos a triunfar, y cortar esa sequía.
Gullen es una persona que siempre genera controversia por lo que habla. Pero como estratega ha demostrado que es exitoso ojalá le den la oportunidad de dirigir a Venezuela creo que se lo ha ganado por toda su trayectoria