EL EMERGENTE

Por Ignacio Serrano

Ha terminado el experimento de los Yanquis de Nueva York con Gleyber Torres. A partir de 2022, el venezolano será segunda base. No más shortstop.

Es posible que está noticia le devuelva al Bronx y a las Grandes Ligas la mejor versión del joven slugger.

Torres fue uno de los maderos más productivos de la MLB en sus primeras dos campañas. Por sus números y su edad le compararon con frecuencia con Joe DiMaggio, Mickey Mantle y otros niños prodigios de sus épocas.

Pero esa proyección, que incluso le convirtió en estrella en juegos de playoffs, se vino a abajo en la campaña recortada por la pandemia y de nuevo en 2021.

En ambas justas hubo una coincidencia: tras la salida de Didi Gregorius como agente libre, los Yanquis optaron por darle las paradas cortas a tiempo completo. Y la presión de los medios sobre él y sobre su defensiva creció. Ya no se trataba simplemente de verle hacer el trabajo en una posición físicamente menos demandante y aplaudir sus tablazos.

Sea o no una mera coincidencia, su bateo drásticamente cayó.

Brian Cashman, el gerente general de los neoyorquinos, declaró este martes que su oficina llegó al parecer a una conclusión definitiva respecto al caraqueño.

«Gleyber está mejor hecho para ser camarero», admitió Cashman, luego de estos dos años de pruebas y errores. «Ya veremos a dónde nos lleva eso a partir de ahora».

Parece claro a dónde. Posiblemente le llevará a tratar de firmar a alguno de los torpederos que se declararán agentes libres al terminar la Serie Mundial.

Los candidatos son llamativos, después de todo. Entre los disponibles estarán Trevor Story, de los Rockies de Colorado, Javier Báez, de los Mets de Nueva York, y Carlos Correa, de los Astros de Houston.

Es claro el contraste entre lo que batea Torres cuando está en segunda y lo que ha bateado durante la mudanza definitiva de estos últimos dos torneos.

En 2020, ya como parador en corto a tiempo completo, dejó promedios de .243/.356/.368, con .724 de OPS. Y en 2021 pudimos ver el contraste en pleno, porque empezó en el short ( y como tal bateó para .251/.319/.351) y en septiembre fue mudado a tiempo completo a la adulterina (donde ligó para .300/.372/.443).

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Es verdad que en sus primeros dos años compartió su tiempo a ambos lados del segundo cojín. Y que sus registros son muy parejos en un sitio y el otro. Pero también es cierto que hasta 2019 lo hizo como campocorto eventual, no como el titular de la posición. Y que al ser nombrado oficialmente como sucesor de Gregorius creció el escrutinio público. Ya sabemos lo que eso significa en Nueva York.

Cashman ha indicado el camino. Torres dejará de estar en una situación de constante crítica por el guante y tendrá la oportunidad de recuperar lo mejor de su ofensiva.

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