Por Alfredo Villasmil Franceschi
Cuando hablamos de la dinastía tigrera, esa que se comió con tomate y queso la primera década de este siglo, Francisco Buttó es una pieza fundamental de la misma.
Por eso los Tigres de Aragua decidieron rendirle un homenaje a Buttó, quien, con lagrimas en los ojos, oficializó su retiro del beisbol.
«El Cardiólogo» recibió su homenaje y lloró en persona. «Ese apodo me lo gané con mucho esfuerzo», le dijo el ex lanzador a Francisco Cartaya de Televén. «De verdad que fueron momentos de infarto en esos noveno innings y que el nombre de El Cardiólogo siga sonando por muchos años en Venezuela», exclamó emocionado.
Son 88 salvados de por vida, 86 de ellos con los Tigres y dos con las Águilas del Zulia. Y fueron siete anillos, seis con los Tigres y uno, sí, con los rapaces. Buttó donde llegaba, salvaba juegos y el equipo ganaba.
Durante el homenaje, Bailey le llevó una afiche con su nombre, y se lo llevó al montículo, ese lugar donde tantas veces, el «General de Hierro» le dio la bola a su hombre para que le cerrara los juegos.
Ambos se fundieron en un abrazo. Luego vino el último lanzamiento de «El Cardiólogo», junto a su familia.
Se retira un grande la LVBP. Un pitcher que dejó su historia escrita en bronce y fue vital para «La Dinastía», que ganó todo en Venezuela y con eso compesó el no llegar a Las Mayores.
Francisco Buttó dice adiós y todos saben que su próxima parada será Valencia, cuando le toque ser inmortal.
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(Alfredo Villasmil Franceschi)
Foto: Prensa Tigres de Aragua
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