Francisco Rodriguez es un pitcher intimidante, el dueño del récord de salvados en una temporada de las grandes ligas y uno de los bigleaguers venezolanos de más renombre.
Pero por sobre todas esas cosas, Francisco Rodríguez es un entrevistado sincero.
La honestidad del pitcher caraqueño a veces resulta tan brutal como la curva que lanza en gancho luego de tirar una recta a 93 millas por hora o un slider de latigazo.
Apenas se reportó a los Tiburones de La Guaira, el «Kid», como se le conoce en su país, sentenció sin ambages, rodeado de periodistas, que venía de «una temporada mediocre tanto en lo personal como en lo colectivo». Y añadió: «Por eso deseo recuperarme aquí».
La cosecha de Rodríguez con los Mets de Nueva York, ciertamente, no fue comparable con aquella de 2008 con los Ángeles de Los Ángeles, en la que rescató 62 juegos e implantó una marca, derribando la de Bobby Thigpen.
Ni siquiera fue como otros años en los que, con 20 salvamentos menos, el derecho de 28 años de edad –nació justamente un 7 de enero– mostró efectividades por debajo de los 2.00 puntos o embasó a menos de un corredor por cada inning lanzado.
«Un año mediocre», para Rodríguez, es una zafra con 35 salvados, con 73 ponches en 68.0 episodios, con 3.71 de efectividad, con 70 apariciones.
Muchos apagafuegos querrían números así.
K-Rod, como se le conoce fuera de las fronteras de Venezuela, juega en la pelota invernal todos los años, desde que fue una de las figuras de los querubines en la conquista de la Serie Mundial de 2002.
Y lo hace con la misma intensidad que mostró cuando ganó el Novato del Año, en la temporada 2002-2003.
El capitalino suele decir que se uniforma con los Tiburones porque le ayuda a ponerse en forma para el spring training. Esta vez subrayó otra prioridad: «Vine a ganar».
Los escualos no conquistan una corona desde hace 24 años, después de ser una de las divisas más exitosas del Caribe.
La larga espera condujo a que los aficionados litoralenses mostraran su impaciencia y por primera vez en sus vidas hayan abucheado al «Kid», después de ver cómo los contrarios castigaron al cerrador en presentaciones seguidas.
«Ya no tengo 21 ni 22 años de edad», ha dicho Rodríguez. «Tengo 27. Cada temporada es más dura. El cuerpo no responde igual. Necesita más tiempo de preparación».
Pero el capitalino, ya lo dijimos, es honesto hasta el extremo. Días después de oír la silbatina y de ser aplaudido por una buena actuación, le preguntamos sobre la reacción de la gente.
«Si yo hago bien mi trabajo, eso no habría pasado», sentenció. «No puedo controlar lo que pasa allá arriba. Lo único que puedo hacer es salir a hacer mi trabajo. Si lo hago bien, eso no pasa».
También le inquirimos cómo se sentía físicamente, pues mantiene la determinación de relevar en días consecutivos, si lo necesita La Guaira.
«Me he sentido mejor, más fuerte, gracias a Dios», señaló. «He salido a hacer mis ajustes y me ha ido mejor. Siento que ya estoy llegando a mi nivel».
Los Tiburones cuentan con la mejor pareja de lanzadores para los últimos dos episodios, pues a K-Rod le acompaña Ronald Belisario, dominante preparador de mesa de los Dodgers de Los Ángeles.
El problema con los salados durante la semifinal ha sido llegar al octavo inning en ventaja.
Es llamativo que Belisario no haya podido lanzar en días corridos durante la eliminatoria y que los Dodgers sólo le hayan permitido hacerlo dos veces en este round robin, mientras que su compañero, aún con un contrato millonario en el norte, es quien decide si puede o no trabajar hasta en tres fechas al hilo.
Pero ya se sabe que Rodríguez es un pelotero especial.
Hace un par de semanas, después de encajar un jonrón con las bases llenas de Jackson Melián, un batazo que decretó un triunfo de los Leones del Caracas y precipitó los abucheos del día después, el diestro volvió a medirse a Melián y lo ponchó, para salvar el encuentro.
La respuesta del «Kid» sobre la supuesta revancha que había logrado volvió a pintar el carácter de quien fue uno de los cerradores más dominantes de la década: «No hubo nada especial en eso, este juego es así. A veces se está arriba y a veces se está abajo. Eso es todo».
Ese es Francisco Rodríguez.
Publicado en ESPNdeportes, el lunes 4 de enero de 2009.
